La jineta (Genetta genetta) es un carnívoro de tamaño medio con hábitos nocturnos, que emana armonía en cada aspecto de su ser. Silenciosa, ágil, rápida y voraz, es una criatura que inspira admiración.
Con una envergadura menor que la de un gato doméstico, la jineta se distingue por su cola larga y gruesa, que utiliza como contrapeso al moverse entre los árboles y durante la caza. Puede alcanzar un peso de hasta dos kilos y medio, y presenta un escaso dimorfismo sexual.
Su cabeza pequeña y alargada termina en un hocico puntiagudo, con grandes ojos marrones adaptados a la visión nocturna. Las orejas, erguidas y redondeadas, complementan su aspecto distintivo. Su pelaje, de tonos parduzcos moteados con manchas estrechas y alargadas de color chocolate o negro, le brinda un excelente camuflaje, con patrones únicos en cada individuo.
La jineta, a menudo desconocida como animal arborícola, habita y descansa en los árboles, aunque también se la puede encontrar en huecos de rocas. Su dieta omnívora incluye roedores, insectos, lagartos, aves, frutas, bayas, y más.
En cuanto a la fotografía, las imágenes fueron capturadas a mano, sin dispositivos de barrera infrarroja u otros artificios, y sin un escondite, gracias al excelente trabajo del biólogo y amante de la naturaleza Javi Barona (TURIAHIDES). Las fotografías, realizadas con un grupo de tres flashes sincronizados, capturan la esencia única de este fascinante animal en su hábitat natural.