Búfalo cafre, la tanqueta

Syncerus caffer

El búfalo cafre (Syncerus caffer), también conocido como búfalo africano, se gana el apodo de «la tanqueta» por su imparable determinación cuando se lanza hacia adelante. En el continente africano, donde abundan animales de grácil belleza y majestuosidad, así como fieras con un aura de bravura y orgullo, el búfalo se destaca por su aspecto apacible pero su increíble capacidad para causar estragos entre sus enemigos, incluidos los humanos.

Con una altura que roza los 1,7 metros y una longitud que supera los 3 metros, este robusto herbívoro puede alcanzar fácilmente una tonelada de peso. Sus gruesos y curvados cuernos, que pueden medir hasta un metro de longitud en los machos, son una característica distintiva. El pelaje del búfalo cafre es de un tono marrón oscuro o negro, aunque las hembras tienden a ser de un color más claro y poseen cuernos más pequeños.

Este animal se alimenta exclusivamente de vegetación, consumiendo hierbas, hojas, ramas y tallos jóvenes. Aunque su aspecto sugiere una calma aparente, los búfalos son animales activos y nocturnos, dedicando las horas diurnas al reposo y la rumia. La necesidad de acceso diario a fuentes de agua es crucial para su supervivencia.

Adaptado a una variedad de hábitats, desde selvas densas hasta llanuras abiertas y montañas de hasta 4.000 metros de altitud, el búfalo cafre prefiere áreas cercanas al agua y evita zonas extremadamente secas. En las regiones cerradas, suelen vivir en grupos pequeños liderados por un macho, mientras que en áreas más abiertas, se vuelven más gregarios y pueden formar manadas más grandes bajo el liderazgo de una hembra mayor.

Aunque su vista y oído no son sus sentidos más agudos, el olfato del búfalo está altamente desarrollado, lo que le permite detectar peligros potenciales y moverse con precaución en su entorno.